Diez años de Barullo: La casita de los afectos

octubre 17, 2025

Conocí a Casa Barullo mientras cursaba mi carrera universitaria en Estudios Literarios en la FUAC. La docente, que en ese momento dirigía la clase de Medios y Publicaciones Periódicas, nos contó de este colectivo de escritura creativa que a través del fanzine exploraba maneras alternativas de acercarse a la materialidad de los textos; sin embargo, lo que más llamó mi atención en ese momento fue su trayectoria, la capacidad de gestión que otros jóvenes como yo habían tenido para sostener en el tiempo la publicación de textos que veían la luz gracias a este espacio de juntanza y creatividad. Barullo se me presentó entonces como una versión moderna de los cafés literarios donde escritores y artistas se reunían a conversar y crecer culturalmente. En celebración de sus diez años, es satisfactorio poder ser parte del colectivo y volver sobre los recuerdos que Aleja y Dazu han compartido conmigo, reconstruir las imágenes de los cimientos que sostienen esta casa que ahora también habito, y que ha acogido nuevos miembros conforme cambia y se expande.

Casa Barullo se gestó en la Casita Rosada, el edificio administrativo del Departamento de Humanidades y Literatura de la Universidad de Los Andes. Es un colectivo que surge por la necesidad de sus miembrxs de fomentar espacios para la escritura, que suelen ser escasos en el ejercicio de análisis y crítica literaria que propone la academia. Barullo nace de la amistad entre Gio, Andrés, Josué, Alejandra, Sara, María Camila y Dazu, quienes  reuniéndose a cuchichear en Casita Rosada se propusieron encuentros semanales para exponer, proponer referentes, escribir y comentar a partir de temas diversos que encuentran refugio en este lugar, a la vez simbólico y material; pues aunque Casa Barullo no se puede rastrear en Google Maps, cada una de sus publicaciones lleva consigo las habitaciones que la hacen posible.

Hoy te invito, queridx lector, a abrir la puerta hacia la intimidad de nuestra casa, el lugar donde habitan las memorias y el potencial del futuro, y donde te reciben con una pola dos de nuestras miembrxs fundadoras:

Cuéntale a nuestros lectores sobre ti: ¿quién eres? ¿Qué roles has ocupado en Casa Barullo?

Alejandra Fuego: Yo me hago llamar Alejandra Fuego y actualmente dirijo Casa Fuego y Papel Caliente, que son unos proyectos hermanitos y para los cuales fue fundamental mi paso por Barullo. El colectivo fue para mí como una gran escuelita que aprecio mucho y siento que, aunque ya no hago parte de ella, todo ese pasado sigue muy latente en mi presente.

Lo mío era sobre todo la parte gráfica y lo que podía aportar en la experimentación de formatos, que es algo que desde chiquita me ha acompañado. Yo me crié pasando las vacaciones con mi mamá haciendo vueltas en el Ricaurte y jugando con sobrantes de laminación, plásticos y papel con mi papá; entonces esa materialidad es algo que me atraviesa y que yo vine a entender cuando ya estábamos participando en FilBo cuatro años después de haber comenzado Casa Barullo, así que también ha sido un proceso personal.

Ahora vería que mi rol era el de directora creativa, pensando en estos juegos de las casas y las puertas, la forma que iban a tener las habitaciones, lo que iba a estar al otro lado y las portadas, todo con retroalimentación. También iba implementando las cosas que aprendía en mi carrera de Artes Plásticas y siento que ellxs siempre eran muy receptivos a esa experimentación.

Con el tiempo también organizamos la Feria Barullo. Las ferias son espacios muy chéveres de encuentro con los amigos y de conocer otra gente. Esa experiencia, esas reflexiones que surgieron por la feria, como te decía, me llevaron a Papel Caliente y Casa Fuego.

Dazu: Bueno, yo soy Daniela Zuluaga, me pienso a mí misma como una persona que le interesa mucho el mundo editorial, pero desde la edición alternativa y sobre todo desde la edición comunitaria. Estudié Literatura en Los Andes y también Ciencias Políticas, y siento que esto responde a que si bien me gustan mucho las letras, también tenía una necesidad por conectar mi vida profesional con lo social y lo político.

Yo creo que desde el inicio he estado un poco en todo. Me gustaba mucho la escritura, luego cuando empezamos a hacer los fanzines me gustaba mucho la parte editorial; los primeros fanzines los hicimos en la papelería de mi papá, entonces eso me permitió tener un rol importante en ese proceso. Siempre he pensado que todas las diferentes ideas que hemos tenido en el colectivo han llegado de otras personas y yo me he sumado a ellas. Pero lo que tal vez siento más propio y que es la contribución que he hecho al grupo es la estructura administrativa, es el rol que se me daba más naturalmente. Fue algo que me empezó a interesar tanto, que luego quise estudiar la maestría en Gestión Cultural y reconocerme más como gestora, porque sé que para posibilitar la creación artística es muy importante ese rol que está detrás, que hace las cosas posibles.

Si entendemos la casa como un espacio multiforme que se transforma según quienes la habitan y su memoria, al pensar en Casa Barullo: ¿qué idea de casa tienes? ¿Qué habitación serías? ¿Cuáles serían tus recuerdos favoritos?

Alejandra Fuego:  Nosotrxs a veces teníamos la idea de que Casa Barullo era como la casa de los Weasley en Harry Potter. Esta casa con un montón de cuartos que se sostiene mágicamente, que puede ser infinita, que puede ser muchas cosas. En mi época nos preguntaban mucho dónde quedaba Casa Barullo y pues no existe físicamente porque no podría, es una casa que se sostiene con una estructura afectiva y conceptual.

Mi habitación sería el altillo, estaría hecho en madera, con tragaluces, habría calor y le entraría mucha luz, y tendría ventana a las montañas con una terracita. Esa habitación para mí es la mezcla de dos espacios que existen en casa de mis papás, aquí en Teusaquillo, y para mí esa casa fue muy importante porque nos mudamos a este espacio cuando yo entré a la universidad y coincide con los inicios de Casa Barullo… sí, como que yo sería el taller de materiales y el taller editorial dentro de Casa Barullo, y se vería un poco así.

Dazu: Yo siento que Barullo ha sido la primera casa que he construido por fuera de la mía, de la de mis papás. Ha sido un espacio también que hemos construido con nuestras propias reglas, siento que eso ha sido muy hermoso del colectivo y es algo que nos caracteriza. Es una casa en la que, por ejemplo, cuando tuve mi primera experiencia de migración a España se volvió algo fundamental, porque para mí el resto del mundo había perdido su familiaridad y cuando teníamos la reunión semanal del colectivo, yo podía volver a sentirme en casa, volver a sentirme en este espacio cómodo y seguro en el que podía ver caras conocidas, en el que a la vez sabía que tenía un lugar de reconocimiento, porque entre todxs nos reconocemos y nos sabemos muy valiosxs.

Siento que también usé a Barullo como mi escudo durante esa primera migración. Gracias al colectivo pude empezar a hacer amigos, ir a ferias de fanzines, formar otras colectividades allí en Barcelona; pero todo partía del «yo también hago un fanzine, puedo llevar esto a tu librería». Creo que me dio la coraza que tal vez necesitaba en ese momento para vivir un cambio que fue fuerte. Entonces sí, yo considero que es esta casa muy propia y colaborativa que hemos construido cada unx desde nuestros caprichos, y también tratando de ser muy sensibles y empáticos con los caprichos del otrx, y de pensar cómo se puede convivir en este espacio con personalidades e intereses distintos y aún así sentirnos todxs bien. Y sobre la habitación, no sé, yo creo que tal vez pensaría en la sala, es el lugar de la casa que tal vez se presta para la conversación, para el encuentro, para el sentirse como recogido por las otras personas, que siento que es algo muy relacionado con cómo me siento hacia Barullo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

¿Y tienes algún recuerdo favorito? ¿Alguno memorable?

Dazu: Muchos. Casi todos son como cacharros, como cosas que nos pasaron. Recuerdo una vez que llegamos a hacer el fanzine en la papelería de mi papá, y cuando estábamos a punto de entrar, yo metí la llave y se rompió dentro de la cerradura. Ese día era domingo. No había nadie, el centro comercial Los Ángeles casi siempre estaba vacío porque se ubicaba en el Centro. Y entonces sucedió algo maravilloso y que creo me dejó una marca para siempre, y es que Alejandra cogió dos palillos y con mucho cuidado logró sacar la llave de la cerradura, y logramos entrar de alguna forma. Ese es un recuerdo muy lindo porque habla de la persistencia y la terquedad que hemos tenido, de algo que es un secreto compartido y de que lo que hacemos, que a la gente le puede parecer muy raro, tiene mucho poder, porque tiene algo muy valioso: el saberse parte de un lugar en el mundo.

Alejandra Fuego: Entre mis recuerdos favoritos hay uno que me parece icónico y siempre me va a dar mucha risa. Fue la primera vez que pedimos vino a domicilio como para tomar entre nosotrxs y no había sacacorcho, e intentamos mil cosas para abrirlo: el truco del zapato, el cuchillo, el fuego… además lo bueno es que fallamos. Yo lo he hecho como adulta y lo he logrado, y no entiendo por qué fallamos tanto; pero yo creo que la actividad no era ni siquiera abrir el vino, era solo experimentar y experimentar, y yo siento que eso es el espíritu de Casa Barullo.

Creo que otro recuerdo clave fue la primera vez que viajamos juntxs por Barullo, en mi caso estoy casi segura que coincide con nuestro paso por Cali y fue como «Uff, marica, podemos ir a otras partes de Colombia por este proyecto, podemos conectar más allá de Bogotá», porque es un proyecto pues súper rolo con, por ejemplo, toda esta escena en el centro por la ciclovía, de buñuelo con avena; entonces fue muy chévere no solo la experiencia de parchar sino también ver el mundo al que estamos llegando y eso fue muy emocionante.

Esperamos que Casa Barullo siga impactando positivamente en el ecosistema literario y editorial del país, que el ejercicio cultural en el que hemos estado trabajando llegue a más personas apasionadas por los fanzines, la escritura y la lectura. En ese sentido, ¿qué le deseas a Casa Barullo en este su décimo cumpleaños?

Alejandra Fuego: Yo le deseo mucha tranquilidad. Siento que a veces estar en un proyecto puede ser muy estresante, igual conforme pasan los años seguramente se adquiere más cancha; pero sí, como mantener la calma para mantener la diversión. Porque yo creo que algo fundamental en Casa Barullo es pasarlo bien. Creo que para mí es como ¡sí, sigan divirtiéndose! y ojalá eso sea un motor, porque la diversión viene de parchar, la diversión viene de sorprenderse al descubrirnos, al solucionar algo… la diversión viene de la sorpresa, de conectar con personas nuevas, del juego creativo con las publicaciones. A los nuevxs miembros les deseo que no se queden haciendo visita en la sala, sino que todxs se hagan su cuarto con sus materiales creativos, porque Barullo es un espacio muy chévere de autoconocimiento para explorar sus habilidades en relación con otrxs. Y que sigan reinventándose todo el tiempo, que recojan los frutos de este jardín colectivo y luego planten semillas nuevas y las abonen desde el amor a este espacio propio que se comparte con lxs amigxs.

Dazu: Yo le deseo no olvidar que lo más valioso es que somos un espacio de creatividad y conexión. Durante mucho tiempo hubo dos fuerzas pujando, la sostenibilidad y el deseo de crear y pasarla bien; y yo últimamente he estado pensando que esto último es lo que más vale la pena, que no se nos olvide que por eso estamos ahí. Y si pasan otras cosas es genial, pero no hay problema si no llega a ser así porque siempre tendremos lo inicial: las ganas de estar y de crear en conjunto. Entonces yo creo que si logramos mantener viva esa llama, la casita podrá seguir en pie. Podrá tener diversos tamaños, ser grande o pequeñita, pero si se logra mantener ese espacio seguro, me gustaría augurarle muchos más años de vida, muchos más habitantes que pasen por sus cuartos, muchas cosas locas que se nos puedan ocurrir respondiendo también a los nuevos formatos, a las nuevas formas de crear, a los intereses que vaya trayendo cada persona.

*Este sábado 18 de octubre estaremos celebrando nuestro cumpleaños en Diáspora Ideas (Calle 58 # 19-25, Bogotá, Colombia) a las 6:00 p. m., estás cordialmente invitadx a compartir este momento con nosotrxs, ¡te esperamos!

Autora: Juliana Méndes

 

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